“Comuniyó” pregunto a la india macilenta que en pos de su hombre adusto marcha con lento andar. “Ñatore may” contesta, sin levantar los ojos, tan sólo mira el polvo remedo de su faz...
María Olimpia de Obaldía nació en Dolega, provincia de Chiriquí, República de Panamá, el 9 de septiembre de 1891, hija de Manuel del Rosario Miranda y Felipa Rovira. Desde muy niña demostró su inclinación poética; los primeros versos suyos que se recuerdan fueron escritos cuando tenía diez años de edad, con motivo de la navidad.
Hizo sus primeros estudios en Dolega y David, cabecera de la provincia de Chiriquí. Ingresó después a la Escuela Normal de Institutoras en la Ciudad de Panamá y recibió allí el diploma de maestra en enseñanza primaria en 1913. Ejerció el magisterio hasta enero de 1918, cuando contrajo matrimonio con don José de Obaldía Jované. Tuvieron siete hijos, dos de los cuales, lo mismo que su esposo, fallecieron antes que ella.
María Olimpia es llamada La alondra chiricana. En noviembre de 1929 por iniciativa del Dr. José Dolores Moscote, ilustre rector del Instituto Nacional de Panamá, se le tributó un apoteósico homenaje, que culminó con su coronación con laureles de oro, en acto solemne celebrado en el Teatro Nacional de Panamá. Allí recibió medallas de oro de casi todas las provincias y de varias ciudades –hechas por subscripción popular --, ofrendas y pergaminos de instituciones culturales y cívicas de todo el país. Fue proclamada entonces María Olimpia de Panamá.
En 1951 fue recibida como Miembro de Número por la Academia Panameña de la Lengua y fue, así, la primera mujer que ingresó esta docta institución, correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua.
María Olimpia de Obaldía declaró que sus poesías son manifestaciones puras de su espíritu, expresadas con toda naturalidad y sin ceñirse a ninguna escuela. En una charla dada en el Instituto Justo Arosemena, en 1960, dijo: La mejor biografía de un poeta son sus propios versos; en ellos el alma se retrata nítidamente, porque en cada uno queda impreso el sentimiento que animó su concepción. Si ustedes conocieran toda mi obra literaria tendrían una idea cabal de mi personalidad intelectual, religiosa y social, del ambiente en que se desarrolló mi infancia; de mis anhelos, de mis triunfos, de mis dolores y de mi actitud ante la vida.
Al hablar una vez de su poema Ñatore may dijo: ...si quiero decirles que estos versos expresan fielmente mi sentir de mujer cristiana y mi solidaridad con los humildes, con los más desamparados de la vida. Yo considero que la mujer guaymí, por india y por ser mujer, es el ser más digno de compasión en el Istmo de Panamá. Por ella estará siempre mi palabra a flor de labio, como una oración.
Los temas básicos de su poesía se relacionan con el amor en sus distintas manifestaciones, con el hogar, la naturaleza, los problemas humanos y la Patria. En 1925, antes de ser publicado su primer libro, dijo: Los placeres inefables del hogar han sido la verdadera fuente de mi inspiración; para mi esposo, especialmente, han sido mis poesías más sentidas... He sufrido dolores intensísimos y también el dolor me inspiró muchas composiciones... Como dije antes, mis versos brotan espontáneamente, tal las orquídeas que engalanan el lozano verdor de nuestras selvas. Por la analogía que hay entre mis rimas y esas agrestes flores, le daré este nombre a mi libro de versos próximo a publicarse.
Algunos de sus poemas figuran en antologías de la poesía hispanoamericana; distinguidos compositores han puesto música a algunos de sus poemas; otras, han sido traducidas a diversos idiomas; muchas han sido publicadas repetidamente en diarios y revistas de América Latina. En 1976, el Club Kiwanis de Panamá, con la colaboración del Instituto Nacional de Cultura, editó su Obra Poética Completa, para iniciar la Colección Kiwanis de autores panameños y, en homenaje público, le otorgó la Medalla de oro del Club Kiwanis. En ese acto, recibió la condecoración de la Orden Vasco Nuñez de Balboa, en grado de Comendador, de la República de Panamá. En 1983 recibió la condecoración de la Orden Belisario Porras, en grado de Gran Oficial, y la Augusta Cruz Insigne Pro Ecclesia et Pontifice otorgada por S.S. Juan Pablo II. En 1985, la Asociación de Estudiantes de la Universidad Santa María la Antigua le otorgó el galardón Rana de Oro por la trayectoria de su vida y su obra, último homenaje recibido en vida.
María Olimpia de Obaldía falleció en la Ciudad de Panamá el 14 de agosto de 1985 y, de acuerdo con su deseo, fue sepultada en su pueblo natal, Dolega, en Chiriquí.
Su legado literario cuenta con cinco publicaciones: Orquídeas (1926); Brevario lírico (1929); Parnaso infantil (1948); Visiones eternas (1961) y Obra completa (1976).
Luego de su deceso, a la alondra chiricana se le han hecho diversos homenajes póstumos. Múltiples resoluciones de duelo de sociedades cívicas, culturales y políticas, colegios, poetas y escritores, diarios y revistas, municipios y la Asamblea Legislativa. Pues aunque María Olimpia ya no esté con nosotros su obra nos acompañará siempre.